miércoles, 1 de octubre de 2008

NERVIOS NO TAN DE ACERO

JUEVES 25 SEPTIEMBRE 2008

Por fin llego el gran día, el día deseado después de tantos años, el día que nuestras familias y amigos estaban esperando, el día que íbamos a cumplir nuestro gran sueño de formar una familia. El despertar fue con una mezcla de ansiedad y tranquilidad, ansiedad porque queríamos verla ya y tranquilidad porque sabíamos que ya nada podía retrasar nuestro encuentro con nuestra hija (ni certificados médicos, ni penales, ni traducciones, ni firmas, ni vistos buenos en Ministerios, ya nada iba a impedir conocer a nuestra hija).
Nos sorprendieron con una entrevista en el Departamento de Educación de Astana a las 09:00, esto no estaba previsto según nuestras informaciones por otras familias adoptantes, nuestras ilusiones tendrían que esperar un poquito mas, parecía que no nos quedaba ya más tiempo para mas sorpresas y que no podíamos esperar mas, llegamos al Departamento de Educación, pero como en todas partes las cosas de palacio van despacio, tuvimos que esperar cerca de una hora a ser recibidos por la persona que nos tenía que hacer la entrevista, era un formulismo que teníamos que pasar y los primeros nervios nos invadían. La entrevista fue corta, querían conocernos a los dos antes de desplazarnos al Orfanato, preguntas sencillas, pero fue un anticipo de lo que puede ser el juicio.
A continuación nos fuimos al Orfanato con una representante del Departamento de Educación, nuestra tramitadora (Bayan) y nuestra traductora que se esta convirtiendo en nuestra familia en estos días.
El destino quería que todavía sufriéramos un poco mas, entramos todos en el despacho de la directora y después de las presentaciones de rigor por nuestra parte empezó para nosotros el calvario de la asignación, según la ley de adopción nos tienen que presentar a varios menores aptos para la adopción internacional, entre ellos niños con graves problemas de salud, estábamos al corriente del tema, pero una cosa es saberlo y otra cosa vivir la experiencia de verlos y tener que decir que no.
La mas sanita finalmente era nuestra hija, estaba en el hospital hacía dos semanas debido a una neumonía, nos decían que teníamos que esperar una semana para poder verla, mostramos nuestro desacuerdo por la situación y se lo hicimos saber a nuestra tramitadora, la cual intercedió con la directora para ver si era posible ir al hospital y por lo menos sacarla unas fotitos para poder verla, la directora accedió a la propuesta de nuestra tramitadora y nos desplazamos todos al hospital con una enfermera del propio orfanato que era la única que podía tener acceso al hospital para hacerla las fotos, el resto nos quedamos abajo esperando. Fueron minutos eternos, estábamos esperando ver la carita de nuestra niña, no era lo que habíamos deseado durante tanto tiempo, el tenerla que verla por fotos, pero era la única opción que teníamos.
Al fin bajo la enfermera con 7 fotos de nuestra niña, os podéis imaginar que instantes, 4 años de espera iban a ser resueltos al encender la cámara, no nos habíamos preparado para el encuentro de esta forma, por fin estábamos viendo a nuestra hija, era preciosa o por lo menos nos parecía a nosotros, enseguida preguntamos por su salud y nos dijeron que tienen costumbre ante una enfermedad así llevarlos al hospital para tratarlos mejor y a la vez no contagiar a los demás niños de su grupo del orfanato. Al día siguiente la podrían dar el alta y la llevarían al orfanato, tendríamos que esperar un día mas para tenerla en nuestros brazos, pero ya por lo menos la espera iba a ser mas llevadera, habíamos puesto cara a nuestra ilusión y eso después de tanto tiempo era suficiente.
Por la tarde la rutina de siempre, descargar las fotos de la cámara, alguna llamadita a la familia, ir al super a comprar alguna cosilla, más que nada por dar una vuelta y refrescarnos las ideas (5 grados).
Eso si, deseando que llegara la mañana siguiente, como no podíamos dormir nos pusimos un par de películas que hemos traído de casa y a dejar pasar la noche.

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