jueves, 22 de marzo de 2007

LOS OJOS DEL AMOR

Si hay algo que siempre,siempre me duele y me quema por dentro es cuando alguien te dice, ah!, estas adoptando, que bien!!, si luego les quieres COMO SI fueran tuyos, y te dan ganas de saltar y proclamar a los cuatro vientos, pero Sra. ES QUE ES MIO, yo lo he sufrido, lo he deseado, lo he imaginado, igual que una madre biológica y sobre todo lo he esperado taaaaaaaaaantos años, que nadie puede decirme que no lo sea.
Supongo que no lo hacen con mala intención, es algo que les sale sin pensar pero aún asi, duele.

Quizás interpretan la adopción como un acto de caridad, cosa que me repatea más pero para ser solidario (ya existen las ONG, los apadrinamientos...) no es necesario pasar por todo lo que pasamos :cursillos, entrevistas con psicologos, y asistentes sociales que escudriñan en tu vida, en tus gestos, en tus palabras, en tu intimidad, la angustia de obtener un papel que te diga que eres IDONEO para ser padre,la elección de un país (¿y porque has elegido este y no otro?), cumplir los requisitos del pais de origen, más papeleos, traducciones, y una laaaaaaaaaaaaaaaaaarga espera y si lo hacemos es por que un hijo, venga a tu vida como venga es un ACTO DE AMOR.

La mirada más abarcadora de la realidad es, la mirada del amor.

Porque el amor nos da certeza, confianza, seguridad. El amor moviliza, conmueve, da energías. Todo tiene sentido a través del amor. Todo es importante. Todo vale la pena. El amor nos integra al Todo y a la vez, nos hace diferentes.

Lo que no puede verse con los ojos del amor, no es posible verlo en realidad: ninguna luz ilumina tanto, ni permite contemplar las cosas con mayor nitidez.

A menudo solemos arrastrar la carga de muchas ideas. A veces producto de una herencia familiar o cultural. A veces se piensa que el amor es un compromiso, una responsabilidad, una atadura que nos condena a renunciar a libertad.

Pero para hablar de amor, hay que quebrar estos prejuicios. El amor no es necesariamente compromiso: el compromiso es una decisión que obedece a otras cuestiones.

El amor, por el contrario, es un paso previo, un requisito básico para la libertad espiritual. Porque mirando a través del amor, es posible desprenderse de todo prejuicio y atadura para elegir libremente aquel sentido que deseamos darle a nuestra propia vida

1 comentario:

Montse Rius dijo...

Yo también lo he vivido de alguna forma.

Siempre, desde joven, había tenido la idea de adoptar.

Luego y por mis circunstancias especiales, tomé esa decisión como mas que posible en mi vida. Lo más alucinante que me he encontrado es cuando, algún familiar cercano, muy cercano mio, con toda la tranquilidad del mundo te dice:

-"Si, pero no va a ser lo mismo, no se puede querer igual, no siendo de tu carne"- se me quedaba la cara a cuadros, claro :-O

Incluso me ha llegado a decir: -"De todos modos, a ti tampoco te apetecía mucho ser madre"-

En fin, sé que no lo hacen con mala intención y que el problema de pensar así puede ser, como ya apuntas, la distancia generacional, la cultura, etc... y aunque intento olvidar esos comentarios, como ves, es algo difícil.

Tú sabes lo que hay en tu corazón y lo más importante, ese niño que os traeis, también lo va a saber.

Lo demás no importa.