Estamos en diciembre de 1933 y América está en medio de la Gran Depresión. En la zona sudeste de Nueva York, el anexo femenino del Orfanato Municipal, ha sido el gris hogar de la pequeña Annie de once años desde que a los dos meses de vida fuera abandonada en la puerta del orfanato con una nota que decía: Por favor, cuiden bien de nuestra querida hija. Se llama Annie... Le hemos colgado al cuello la mitad de un guardapelo de plata y nos hemos quedado con la otra mitad para que cuando volvamos a por ella sepan que es nuestra niña. Annie está despierta a las cuatro de una fría madrugada, preguntándose cómo podrían ser los padres que nunca había conocido.
Apelando a vuestros recuerdos,cuanto tiempo ha pasado ya!!!, parece mentira que si hace más de veinte años todos nos conmoviésemos con esta película/musical ahora estemos viviendo la historia, pero al revés...
La verdad es que escuchando las canciones de Annie se nos pone la piel de gallina, y más a todos los que estamos en un proceso de adopción, pero lo que de verdad conmueve y remueve las conciencias,es saber que por desgracia hay muchas "annies" en el ancho mundo, esperando una familia, porque realmente, y nosotros nos incluimos todos queremos niños más o menos pequeños, por el tema de una mejor adaptación, porque tienen menos recuerdos,menos vivencias, porque creemos que los "niños mayores" (se es mayor con 6-7 años ???) se van a vincular peor,..., pero quizás seamos nosotros los que tengamos miedo.
En el mundo, incluso en nuestro país hay cientos de niños pendientes de encontrar una familia. Porque lo cierto es que la mayoría de las parejas no buscan niños para adoptar sino bebés, que es algo muy distinto.Y niños, hay muchos esperando desde hace años.
Muchos de ellos ya llegan a ser conscientes de que resulta casi un milagro conseguirlo porque tienen más de siete u ocho años, alguna discapacidad física o mental, forman parte de un grupo de hermanos, o pertenecen a una cultura minoritaria.
Por eso quiero, desde estas lineas expresar mi más sincera admiración a esos padres que deciden libremente adoptar un "niño mayor" o con alguna discapacidad, realmente se merecen toda mi respeto por mostrar tanta valentía y coraje. ENHORABUENA PAPÁS
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