
Muchas veces te planteas sobre las dudas que acompañan al proceso, piensas si le gustarás a tu futuro hij@, porque evidentemente es “amor a primera vista”, si se asustará de nosotros, sobre todo de su papi, ya que normalmente no hay figuras masculinas en su entorno, aparte de algún médico,… evidentemente seremos unos extraños, hablamos otro idioma, vestimos diferente, tenemos otros rasgos…., claro que no esperamos que se tire a nuestros brazos, pero en el fondo el momento del encuentro nos provoca cierta angustia, aunque sea lo que más deseamos.
Tan solo queremos que no sienta rechazo, porque eso debe ser algo impactante y triste, los futuros padres viajamos con la mayor ilusión del mundo y debemos estar preparados para un recibimiento que no se ajuste a lo que nosotros hemos soñado.
Pero creo que no hay nada que el cariño y de nuevo, mucha paciencia, no pueda curar, en el fondo lo que necesita son los cuidados de su familia, y para eso vamos a cruzar medio mundo.
Doy por sentado, así mismo, que el/la peque estará asustado, sobre todo el día que por fin nos lo entreguen, al fin y al cavo el orfanato es lo más parecido a un hogar que ha podido conocer, y nosotros irrumpimos en su vida para llevárnoslo, bajo su punto de vista, a un destino desconocido, aunque sea para bien, …, a partir de ese momento empezaremos a crear nuestros lazos de amor, de unión, de familia.
En ocasiones, ahora que no puedes hacer otra cosa que esperar y esperar y esperar, cuando el proceso esta en ese punto en el que las cosas no dependen de tí y te sientes un tanto impotente por no poder hacer nada; Patxi y yo comentamos que es realmente triste desear que abandonen a un niñ@, que este en condiciones de ser adoptable para que nosotros podamos ir rumbo a Kaz a poder materializar ese pequeño gran trozo de nuestros corazones.